Dos veces al año voy a Paris ya que mi hija vive allá y siempre regreso al restaurante
Les enfants rouges, este mes no fue la excepción primero fueron mi esposo con mis dos hijos ya que yo me quede a cuidar nietos, y después fui yo con mi sobrina.
La comida como siempre muy buena, lo que ahora me llamo la atencion es que cuando mi esposo y mis dos hijos fueron regresaron con la ropa y el pelo impregnados a olor de aceite muy desagradable, pensamos que era por que se habían sentado en la barra cerca de la comida; pero cuando fui con mi sobrina y nos sentamos en el salón donde se encuentran las mesas, sucedió lo mismo, un olor muy fuerte y desagradable a aceite impregno toda nuestra ropa y nuestro pelo. La única manera de eliminarlo era lavar la ropa y como en esta época se usan abrigos tuvimos que esperar varios días a que desapareciera. Falta un tipo de ventilación o de extractor para que no suceda esto. Es un lugar que recomiendo a amigos, en Mayo próximo regreso a Paris y no estoy segura de regresar.
Espero lo tomen en cuenta. Gracias!
The food was delicious, innovative and fresh. The service was subpar - we were seated and waited 20 minutes for water, while trying to make eye contact with any of the servers and raising our hand to waive them over. We felt ignored. Later on a large group appeared taking over 1/2 of the small restaurant and it became busy and noisy. The ventilation inside the small restaurant was not sufficient. The clothes we wore that evening smelled of kitchen grease even after airing them out on next day.